Fuera la oscuridad. Me rodea el silencio y la tranquilidad más absoluta.
Pienso en los que quiero. Siento la paz después de la guerra del día
agotador y llena de mis cosas (trabajo, compra, deporte, casa) y
de las suyas (cole, actividades, tareas escolares), disfruto
contemplando a mis hijos dormidos.
¡Cuánto han crecido!, apenas ya me pertenecen y yo sigo
siendo tan suya...
Recuerdo que leí una vez que la persona que ama de verdad
no busca poseer al ser amado sino pertenecerle. Los miro y
pienso que no hay pertenencia mutua más absoluta que la
de la maternidad: sensaciones, sentimientos, pensamientos...
desde el primer instante tuyos y suyos. Luego van creciendo y
poco a poco van pertenciendo a otras personas, a otras cosas,
a otros lugares.
Desearías con toda tu alma retrasarlo, y sin embargo los
empujas, los animas, los ayudas a ello cada día.
Pero tú no cambias, les perteneces y les pertenecerás
siempre. Ahí estás, aunque ya no sean tan conscientes
de que te necesitan.
Eres su madre, con todo lo que esta palabra significa.
Miriam Poole. CEFAES
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar! Solo pedimos que seas respetuoso(a).